El fin de las vacaciones y la llegada inminente del otoño

Alguna vez habrás experimetado que al subir una montaña te sientes más libre, que tus obligaciones se convierten en algo en segundo plano y que las preocupaciones del valle parecen no haber subido contigo a la cima. La montaña, el ejercicio físico, el aire puro que llena tus pulmones con cada paso que das, la soledad o la buena companía suele tener este efecto. La poetisa austriaca, Paula von Preradović, supo llevar este sentiemiento al himno austriaco comenzando la letra con "Tierra de montañas, Tierra de ríos". La pregunta que uno se hace en estos momentos es ¿por qué nos atraen las montañas? Hay quienes lo ven como un paralelismo con la vida: caminar, moverse, escalar y volver a descender.

Tripa vacía, corazón sin alegría, lo decían ya las abuelas. La creativa gastronomía alpina es muy consciente de ello y llenan los platos de sus comensales con genuidad, imaginación y, claro está, productos sostenibles. El tuétano de ternera estofado y flameado servido en una concha de vieira, col asada con una densa crema de yema de huevo y mayonesa de tuétano son solo algunas de las propuestas gastronómicas que nos ofrecen algunos de los chefs austriacos galardonados por la guía GaultMillau. Pero también puedes optar por estos platos típicos austriacos que se preparan siguiendo las recetas de las madres y abuelas.

Practicamente todo el mundo habrá escuchado la triste historia de Bambi y vivido los 71 agonizantes segundos que transcurren entre la esperanza y la desesperación hasta que el padre de Bambi confirma lo que se temía desde que se oyó el disparo: "Tu madre ya no volverá a estar contigo...". Sin embargo, casi nadie sabe que la novela de Bambi se basó en un corzo austríaco de las llanuras aluviales del Danubio cerca de Stockerau, a 20 km al norte de Viena y que su vida quedó inmortalizada en la Historia de una vida en el bosque por el vienés Felix Salten, que tenía su coto de caza en dichas llanuras.